Finito nace ignorante de un final.
No se imagina y nadie le advierte
que mientras se divierte con juegos y juguetes
algún día acabará.
Mírenlo; brinca tan alto
que las nubes casi puede tocar,
corre tan veloz que al viento mismo
se le dificulta llegar a alcanzar,
y ríe tan fuerte que toda la naturaleza
no lo podría opacar.
Finito se recuesta suelto y despreocupado
en las blancas arenas de una playa
a las orillas de una inmensa mar pintada
por todos los tonos azules de marzo.
De compañía sus amigos
de melodía las canciones de la radio
de travesura unas cervezas escondidas en el auto,
y de recompensa bellezas desfilando en traje de baño.
Finito es rebelde y a la vida
se ha empeñado en desafiar.
Besos y puños por esta actitud
ha tenido que probar, pero no se arrepiente
porque aprendió de esta forma a balancear.
Finito se percata que su corazón
fuertemente empieza a palpitar;
Busca con desesperación el amor
pero este se persiste en ocultar.
Finito harto de este juego
lo ha dejado de buscar
y fue entonces para su sorpresa
que sin quererlo se dejó encontrar.
Finito tiene ahora por quienes luchar,
por eso se inscribió a los escalafones
corporativos de una gran capital
y a valor de gigante construye
con mucho trabajo su hogar dulce hogar.
Finito tiene ya mirada de experiencia.
Ha comprendido a través del tiempo
que la vida se navega con inteligencia, corazón y paciencia,
y que si deseamos algo nunca nos permitamos renunciar.
Finito ahora está consciente
de que algún día tendrá un final.
Finito acabó pronto;
Pero en su memoria
aquellos a quien amó
la vida entera lo han de recordar.